La criba de la 'Ley Rider' y la presión de los inversores sacan a Deliveroo de España

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Deliveroo, la compañía de reparto de comida a domicilio, ha anunciado hoy que se plantea abandonar España. Aunque niega cualquier clase de relación, la empresa hace el anuncio en el preciso momento en el que debe adaptarse a la Ley Rider y distribuir pedidos con repartidores contratados.La criba de la 'Ley Rider' y la presión de los inversores sacan a Deliveroo de España La criba de la 'Ley Rider' y la presión de los inversores sacan a Deliveroo de España

¿Qué ha anunciado Deliveroo?
La empresa ha declarado que se plantea dejar España, donde compite con Glovo, Uber, Stuart o Just Eat, entre otros porque tiene como principio de su estrategia corporativa operar únicamente en los mercados donde es o número 1 o número 2. "España representa menos del 2% del GTV (valor bruto de las transacciones) de Deliveroo en el primer semestre de 2021. La compañía ha llegado a la conclusión de que alcanzar y mantener una posición de mercado de primer nivel en España requeriría un nivel de inversión muy elevado con un rendimiento potencial muy incierto a largo plazo que podría afectar a la viabilidad económica del mercado para la empresa".
¿Cuántos riders trabajan para Deliveroo?
3.500, según datos de la propia compañía, que tendría que contratarlos a partir del próximo 12 de agosto.
¿Qué tiene que ver la Ley Rider en los planes de la empresa?
Aparentemente, teniendo en cuenta la declaración de Deliveroo, nada. Pero en el contexto del mercado de empresas de reparto a domicilio, el próximo mes de agosto representa un hito en el tiempo que llevan operando en España. A partir del próximo mes acaba la vacatio legis establecida por la Ley Rider para que las empresas asuman una de sus principales novedades, que es dar servicio con repartidores contratados. Hasta ahora, la gran mayoría de estas empresas han basado el negocio del reparto a domicilio con trabajadores autónomos, un modelo que la nueva regulación bloquea.
¿Por qué?
Desde un primer momento, el modelo laboral de las flotas de riders ha estado en cuestión. Las empresas lo han defendido como una evolución de los modelos tradicionales, una circunstancia propia de los negocios digitales, que se caracterizan por ser ultraligeras en materia de estructura. Estar dado de alta como autónomo, una app en el móvil y un medio de transporte bastaban para darse de alta como repartidor y recibir encargos. Así es como desde 2015 despegó el negocio en toda España. En 2017 llegaron a los juzgados las primeras sentencias que establecían que los repartidores eran asalariados encubiertos como autónomos, tras un recorrido judicial de cuatro años, el Tribunal Supremo confirmó las sentencias anteriores, facilitando el nacimiento de la Ley Rider.
¿Y qué a qué les obliga la nueva normativa?
A que, dado que existe una relación laboral entre la plataforma y los riders, el reparto se haga con trabajadores asalariados. No obliga a las empresas a contratarlos directamente. Pueden repartir con trabajadores de una empresa subcontratada, como hace Just Eat.
¿Es un ejemplo de normativa que perjudica la iniciativa empresarial?
Deliveroo no lo ha apuntado así, aunque la relación entre las nuevas obligaciones legales y el anuncio de abandonar España está ahí. En el otro lado, empresas que basaban todo su sistema de reparto en riders autónomos, como Glovo, han anunciado esta misma semana la contratación de 2.000 riders para adaptarse a la nueva norma. Y hay que tener en cuenta que la exigencia de repartir con asalariados es algo que avalaron las patronales en el diálogo social que precedió a la aprobación de la ley. De hecho, más allá del delivery, hay miles de empresas en el sector logístico que se han digitalizado y, cumpliendo con la legalidad, exigían una legislación que les permita competir de manera equilibrada con las plataformas digitales.
¿Y cuál puede ser la diferencia en el caso de Deliveroo?
Además de la estrategia propia de negocio, hay un factor relevante que es que Deliveroo es una empresa cotizada y debe rendir cuenta pública de sus decisiones y los riesgos que asume. Glovo, por ejemplo, se financia a base de rondas de financiación en las que capta nuevos recursos. Como muchas empresas digitales que no cotizan, la obtención o no de beneficios ha sido hasta ahora algo secundario porque el crecimiento del negocio justificaba la inversión, como era el caso de Uber. Deliveroo se estrenó en el parque de Londres en abril valorándose en 8.893 millones de euros), lejos de los 10.000 millones que estimaba y aún más de los 6.700 millones actuales.
¿Qué sentido tiene que la empresa consulte la decisión a los trabajadores?
Se trata de una iniciativa que forma parte del anuncio de Deliveroo y que resulta sorprendente, en el sentido de que la compañía cotiza en Bolsa y salir de uno de los mayores mercados europeos es una decisión estratégica que compete al consejo de administración y a los accionistas más que a la plantilla y proveedores. El hecho es que deja en el aire el futuro de la empresa en España al indicar que pone en marcha un proceso consultivo entre empleados y riders sobre el cese de sus operaciones en España. "Deliveroo prevé que el proceso de consulta colectiva comience a principios de septiembre y la empresa trabajará con todas las partes interesadas y preparará toda la documentación necesaria para ello". La compañía no especifica si la consulta que se realizará en septiembre, incluye en qué condiciones laborales se trabajaría en Deliveroo en caso de permanecer en España. Por el momento, la empresa parece aplazar la decisión de trabajar con riders contratados que ya ha tomado su rival, Glovo.
¿Pero la consulta es vinculante?
Cuestionada sobre este punto, Deliveroo indica que la opinión de sus trabajadores y riders a la hora de quedarse o marcharse no lo es. "Es un trámite que tenemos que hacer", responden en la empresa
¿Está en un mal momento el negocio de reparto a domicilio?
Desde el punto de vista de la regulación laboral, el momento es crítico en el sentido de que las empresas deben asumir más costes que hasta ahora. Desde el punto de vista de la actividad, la pandemia ha sido incluso beneficiosa para el negocio. Precisamente Deliveroo divulgó el pasado mes de marzo una encuesta en la que señalaba que los españoles recurrieron a pedir comida a domicilio de forma más intensa que antes de la pandemia, ya que un 23% aseguraba haber aumentado sus pedidos en más de un 30%. Durante los meses de confinamiento,un 45% pidió comida a domicilio entre una y dos veces por semana, especialmente los sábados y viernes.El estudio señalaba que los restaurantes habían encontrado en el negocio una vía de alivio para el perjuicio que les causaban las restricciones de movilidad y aforos. Parte de estos cambios en el consumo se han convertido en hábitos.
¿Y si se va?
El mercado español perderá una de las mayores empresas de reparto a domicilio del mundo, si bien el negocio sigue ahí, en manos de sus rivales. La salida de España incluiría las indemnizaciones legales sobre los empleados de la empresa y, sorprendentemente, sobre los mismos riders sobre los que la empresa ha negado tener ninguna relación laboral. "En el caso de que la empresa decida poner fin a sus operaciones tras la conclusión del proceso de consulta, que durará aproximadamente un mes, la empresa se asegurará de que los riders y los empleados dispongan de un adecuado paquete de compensación que cumpla con todas las normativas y la legislación local".

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