Que no nos chupamos el dedo, Carlos Boyero

Vuelve a la carga la mofeta de El País, y esta vez contra Cristiano. El delantero madridista, sin lugar a dudas uno de los mejores futbolistas de la historia del mejor club de fútbol del siglo XX, "está en su derecho al deducir y expresar que los que le agravian sistemáticamente pertenecen al temible reino de los tontos. O al crujir con querellas al zoológico hepático que le calumnia en público achacándole la responsabilidad del fracaso de su equipo". La cita entrecomillada no es mía sino del propio Carlos Boyero. En un artículo suyo del 17 de abril de 2010 titulado Cristiano, el aparatoso crítico cinematográfico del grupo Prisa comenzaba diciendo que alguien le había asegurado haber sido testigo en Inglaterra de cómo Cristiano Ronaldo, después de un remate de cabeza, se dirigió como un poseso hacia el banquillo para que le arreglaran el peinado y le engominaran convenientemente. "Juraba que no era un chiste. Y era reconfortante creer que era cierto", añadía.

No tiene que ser nada agradable ponerse delante del ordenador y escribir al dictado para sobrevivir. No debe resultar fácil para alguien que se considera a sí mismo el enfant terrible de la crítica cinematográfica verse obligado a segregar un permanente olor fétido y nauseabundo a través de sus artículos para así satisfacer al empleador. Yo no llamaré "nazi" a Carlos Boyero, que es lo que él hizo por cierto con Mourinho, y casi ni me atrevo a calificarle de "mofeta periodística" puesto que la última vez que tuvimos un encontronazo me llamó engendro y aseguró que si se cruzaba conmigo algún día me partiría la nariz de un cabezazo. En cualquiera de los casos él, desde luego, no pertenece al "temible reino de los tontos" sino a la lamentable República de los necios. Boyero está envejeciendo mal y su ingenio, si es que alguna vez lo tuvo, se vende al mejor postor, que hoy es Juan Luis Cebrián.

 Que no nos chupamos el dedo, Carlos Boyero

Hablando de Cebrián. Me habría quitado el sombrero si en lugar de insultar a Cristiano y a Florentino Pérez, que es el auténtico objetivo del señor de su castillo editorial, Boyero hubiera firmado en su día un artículo en defensa de sus compañeros de El País o, por ejemplo, nos hubiera ofrecido su visión de Cebrián como gestor y el análisis posterior de cómo narices es posible que una de las empresas más potentes de España durante décadas esté hoy presa de una deuda mastodóntica que no ha alivado la simbólica venta del 40% de Digital Plus y de Santillana y Media Capital. No nos engañemos: para comprender el ridículo artículo del otro día de Boyero contra Cristiano uno sólo debe seguir la pista del dinero. Lo del "pavo engominado" es la anécdota, ni caso a lo del "pavo engominado". Lo del "pavo engominado" es una distracción. Lo que, como sucede con las matrioskas, encierra en realidad ese pedo escrito no es más que otro mensajito a Florentino Pérez, que sigue sin ceder y a quien hay que hacer capitular como sea para así conseguir acceso VIP al Hal 9000 del estadio Santiago Bernabéu... ¡Que no nos chupamos el dedo, Carlos Boyero!...

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