Alber Elbaz: La última fábrica de sueños

Este tema fue publicado en el número de abril de 2021 de Vogue España.Alber Elbaz: La última fábrica de sueños Alber Elbaz: La última fábrica de sueños

El domingo por la tarde, cábala. Además de retomar la rutina laboral, Alber Elbaz (Casablanca, Marruecos, 1961) se había propuesto tres objetivos personales, a cumplir una vez a la semana: enseñar, compartir sus conocimientos con otros; trabajar como voluntario en un hospital; y estudiar, seguir aprendiendo. “Las dos primeras tareas aún no he podido atacarlas. De repente llegó la pandemia y todo quedó en suspenso. La situación en las escuelas es complicada y, honestamente, la idea de pisar un hospital me asusta”, confesaba. “Así que solo me queda el estudio. Era algo que necesitaba. Estoy leyendo mucha filosofía cabalística. Y no sabes cuánta moda hay en la cábala, te sorprendería”. He aquí un diseñador que creía en el karma, la energía trascendente que generamos con nuestros actos, aquello de que lo que hagas te será devuelto con creces por el universo, la divinidad o como quieran llamarlo; una creencia de la que también participa la escuela de pensamiento esotérico del judaísmo (eso es la cábala, o kabbalah, sí, lo de Madonna).

Que Alber Elbaz no ha hecho otra cosa que practicar el bien quedaba claro con su regreso: no ha habido otro colega de profesión más esperado, querido y jaleado en su regreso, no que se recuerde en lustros. Desde que se anunció su retorno a la moda, en 2019, la expectación, el ansia y el comecome se han servido calientes. “Ya sabes lo que dicen: eres tan bueno como tu siguiente historia. Y yo siempre estoy pensando en lo próximo que haré, en cómo afrontaré lo que venga. Jamás doy nada por sentado. De hecho, el éxito ha aumentado mi ansiedad frente al futuro”. Hablamos pocos días después de la presentación de Fashion Show, el cortometraje en el que, como el anfitrión de un talk show, explicaba con pelos y señales el proyecto que le había devuelto la ilusión por su oficio, AZ Factory. “Tiene que ver con los cambios que se han producido en mí, es mi filosofía actual de la moda. Vivimos en un momento extraño, en el que hemos pasado de esa imagen de fashion week –la chaqueta rosa, el sombrero amarillo, el estampado de leopardo– a vestir con una sudadera negra o una camiseta blanca. Entonces me pregunto: ¿Por qué creamos moda? ¿Es para nosotros o para los otros? ¿Lo hacemos para promocionar algo o a alguien? Es una cuestión sobre la que he reflexionado mucho durante el tiempo que he estado apartado”.

Alber Elbaz: La última fábrica de sueños

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