Al habla con Pedro García Rosado (UMF Sindri Höfn) – Zona de Básquet

Volvemos a escapar de nuestras fronteras y en esta ocasión nos dirigimos hacia las tierras heladas de la maravillosa isla de Islandia. Desde allí nos atiende el entrenador español Pedro García Rosado (1990, Málaga), que actualmente dirige al UMF Sindri Höfn de la segunda división islandesa. No nos dejemos engañar por su juventud, porque a pesar de sus 30 años acumula experiencias y un gran bagaje. Un entrenador con mucho futuro y que desde muy joven tuvo clara su pasión por el baloncesto, sin miedo a salir de su zona de confort, como cuando dejó la cantera del Unicaja para irse a la prestigiosa CBAcademy, emigrando al Reino Unido, volviendo a España al baloncesto femenino y finalmente emprendiendo este curso otra nueva experiencia. De todo esto y mucho hablamos en las próximas líneas.

Zona de Básquet – Carrera corta como jugador, pero qué mejor sitio para empezar a entrenar que una “plaza” mítica como Los Guindos. ¿Cómo fueron aquellos inicios en EBG Málaga y esa temporada 12/13 dentro del júnior del Unicaja?

Pedro García Rosado – Fueron muy divertidos, yo tenía 16 años y comencé con un grupo de chicas de 7-8 años mientras estaba de ayudante de otro equipo con Tomás Rueda, del cuál guardo mucho cariño y aún tenemos una gran relación. EBG Málaga es el entorno ideal para cualquier chico/a que quiera jugar a baloncesto y para cualquier entrenador joven, tienes enormes entrenadores a tu alrededor para aprender, gente con experiencia que tiene ganas de ayudarte y gente joven con muchísima hambre y a día de hoy siguen así. Han salido muchos jugadores que todos conocéis: Alberto Díaz, Francis Alonso, Domantas Sabonis…

ZdB – Con 23 años, en el verano de 2013, sales de tu zona de confort y te vas de entrenador a la CBAcademy, un sitio donde se piensa en el baloncesto el 100% del tiempo. ¿Qué te motivó a salir de Málaga y cómo recuerdas ese año al lado de jóvenes talentos?

PGR – Ya salí algo antes, a los 21, que fue cuando tuve mi primera experiencia en Inglaterra, pero sí que es cierto que la temporada que pasé en la CBA fue muy intensa y me marcó mucho como entrenador y como persona. Entrenábamos muchísimas horas, era un método diferente al que yo estaba acostumbrado y, bueno, de eso se trata cuando uno sale de su zona de cofort, ver cosas nuevas e intentar aprender al máximo. Teníamos un nivel de jugadores brutales, varios de ellos en ACB ahora mismo como pueden ser Yankuba Sima y Vladimír Brodziansky, más varios que están por Oro, Plata… Se reclutaba muy bien y se trabaja muy intenso.

ZdB – La temporada 14/15 te vas de España, nada menos que al Reino Unido, a los Reading Rockets, y allí permaneces tres temporadas. Imaginamos que fue una experiencia enriquecedora en todos los sentidos. ¿Cómo surgió la oportunidad?

PGR – Fue una experiencia brutal, la que más me ha marcado y quizás incluso la que más he disfrutado. Pues como ya estuve en el pasado dos temporadas en Inglaterra, en ésta ocasión Manu Peña ya estaba por Reading Rockets, él llevaba una temporada y teníamos relación previa de Italia y a través de él fue el que me lo propuso y fui a visitarlos en junio y ahí ya lo concretamos todo.

ZdB – Allí, además de segundo entrenador del equipo sénior, entrenabas a diferentes categorías formativas y pudiste estar en el staff técnico de las categorías de formación británicas.

PGR – Exacto, allí tienen un modelo que ojalá pudiéramos tener en España, el instituto y Bachillerato está conectado con el baloncesto, mi oficina estaba en el instituto y yo estaba en contacto directo con los profesores de los jugadores/as. Baloncesto era una asignatura más para los jugadores/as de Bachillerato, entonces teníamos entrenamiento durante el día, esto facilitaba mucho todo ya que encima organizábamos los horarios con los profesores y, bueno, había un trabajo en conjunto para buscar lo mejor para los estudiantes/deportistas. Todo ese trabajo luego se veía recompensado en el primer equipo, donde teníamos muchos jóvenes que aportaban cada vez más y en Manu confiaba y les daba oportunidades, al final esto era trabajo de mucha gente implicada y todo el mundo con la misma idea.

ZdB – No podemos pasar sin preguntarte por un viejo amigo de esta web como Manuel Peña, ahora en la ACB, con el que trabajaste codo con codo. Estamos seguros de que su presencia en Reading fue muy importante para ti, siendo, como es Manuel, una persona que da tanto a los demás y con cierto magnetismo.

PGR – Manu me ha marcado mucho como persona y como entrenador, han sido muchas horas, viajes, llamadas… Somos grandes amigos. A día de hoy tenemos una relación muy fuerte y compartimos proyectos, campus… La mente de Manu nunca descansa y a veces hay que regañarle para que se relaje un poco [risas].

ZdB – Regresas la 17/18 a España, tal vez en cierto sentido un giro porque te vas al baloncesto femenino al fichar por Picken Claret, siendo ese primer año ayudante del equipo sénior y llevando varios equipos de categorías inferiores. ¿Cómo fue el regreso a España?

PGR – Es cierto que me apetecía volver, creo que era el momento adecuado para seguir descubriendo, aprendiendo y viviendo otras experiencias. Me fui a Picken Claret de la mano de mi amigo Carles Martínez (¡otro grande!). Con Carles había trabajado varios veranos seguidos en Mallorca en el Campus Summer League y desde entonces teníamos buena conexión. Fue una primera temporada muy buena con éxitos deportivos (llegamos a la fase de ascenso a LF1 y compitiendo bien) y a nivel personal trabajé y aprendí mucho con Carles, es un gran líder al que todos seguíamos, lo que él dijera todos nos los creíamos e íbamos a muerte con él.

ZdB – La 18/19 asumes la dirección deportiva femenina de Picken Claret, además de ser primer entrenador del equipo sénior en LF2. Sin embargo, a mitad de temporada, dejas el equipo para ser entrenador asistente en Liga Femenina, en Al-Qázeres. ¿Cómo fue esa temporada?

PGR – Después de la primera temporada en Picken Claret a Carles Martínez le llega el premio de un banquillo en LF1 en Ferrol (muy merecido). A consecuencia de eso, el club confía en mí para continuar con el proyecto, fue una gran experiencia sin duda esa época en Claret. Y luego vino el salto a LF1 de la mano de Ángel Fernández, al que agradezco mucho su confianza; él tiene muchísima experiencia y, bueno, nunca es fácil llegar a mitad de temporada a un equipo donde no hay buena dinámica y dentro del vestuario hay algo de «movida», pero Ángel supo torear muy bien y mantuvimos la categoría e incluso con opciones en la última jornada de entrar en playoffs.

ZdB – A pesar del cambio de entrenador principal, sigues como entrenador asistente de Ricardo Vasconcelos en LF, además de llevar el equipo júnior… hasta que el COVID lo detuvo todo. ¿Cómo estaba yendo la 19/20?

PGR – Ricardo Vasconcelos tiene mucho baloncesto, seleccionador absoluto con la selección de Portugal, estudioso del baloncesto y alguien muy cercano y cariñoso con todos los de alrededor (jugadoras, staff, club, prensa…). Tuvimos muchos cambios de jugadoras de la temporada anterior, mantuvimos como pieza clave a Paula Ginzo y luego muchas jugadoras jóvenes, ya que no teníamos presupuesto para las jugadoras con más experiencia. Pese a ello hicimos una primera vuelta fuerte y luego en la segunda al principio nos costó un poco pero estoy seguro de que íbamos para arriba si no nos hubiera parado el COVID. Ricardo hizo un gran trabajo y me hubiera encantado seguir más tiempo trabajando y aprendiendo con él.

Al habla con Pedro García Rosado (UMF Sindri Höfn) – Zona de Básquet

ZdB – Casi antes del verano llegó tu fichaje por el UMF Sindri Höfn islandés, un cambio total, pues volvías a salir de España para poner rumbo nada menos que a Islandia, pasando de entrenador asistente a entrenador principal y de baloncesto femenino a masculino. ¿Cómo se gestó todo?

PGR – Bueno soy entrenador de baloncesto, da igual el sexo en ese aspecto, así que hay que estar siempre preparado para ver cuál es la mejor opción. La realidad en España era jodida con el COVID, equipos bajando presupuesto por un lado y siempre más todavía en los cuerpos técnicos, por lo que tenía claro que iba a estar con las maletas preparadas para ir donde fuera. Fue todo a través de Óscar González, él estaba entrenando habitualmente con las jugadoras en Al-Qázeres (estaba muy en forma, para Oro sin problemas) y desde entonces tuvimos una buena relación. Me propuso la opción de ir a Islandia y después de hablar con entrenadores españoles que ya estaban por aquí (Israel y Richi) y de estudiar un poco la situación comparándola con las otras opciones pues era la mejor de ellas sin duda.

ZdB – Islandia es un país que cerró pronto fronteras a zonas de alto riesgo de coronavirus como España. ¿Te tocó pasar período de cuarentena? ¿Cómo fueron los primeros días?

PGR – Es lo mejor que pudieron hacer. Yo vine el 27 de julio y desde entonces el protocolo aún lo mantienen e incluso más estricto: PCR en el aeropuerto, da igual si eres positivo o negativo, una semana de cuarentena y segundo test. Para salir de la cuarentena necesitas dos test negativos. A día de hoy, aparte de eso, también piden test antes de llegar (dependiendo de qué país venga).

A día de hoy casi se puede decir que el COVID casi ha desaparecido, tenemos más o menos un caso cada tres semanas (en todo el país) y es siempre de alguien que está ya previamente en cuarentena. Vivimos muy tranquilos, por suerte no sé lo que es vivir con COVID apenas. Me da mucha tristeza que en España no fuéramos igual de fuertes que Islandia, pero claro no soy yo el que conozco a nivel político las tesituras/economías de cada país.

ZdB – Empiezas la liga, pero de repente el coronavirus para todas las competiciones deportivas. ¿Podíais entrenar o estabais confinados? ¿Cómo se llevan esos meses sin el premio del partido? ¿Se hace duro mentalmente?

PGR – Pese a todas las restricciones en el país había una media de unos 30 casos al día (en un país de unos 300.000 habitantes), lo cual ellos consideraban algo muy alto, por lo que se pararon por completo todos los partidos y entrenamientos, restaurantes… Cada tres semanas revisaban la situación y así estuvimos dos meses y medio casi sin poder entrenar. Se hizo muy duro y tuvimos que ser creativos. Les mandábamos plannings de trabajo en casa a través de Zoom con la preparadora física, les dimos dos balones a cada uno para hacer algo de tiro en una pista exterior que teníamos, a varios grados bajo cero y nevando, los jugadores me querían matar pero bueno era simplemente para cambiar el chip y salir de casa un poco. Y luego también hicimos varias sesiones con un psicólogo español Albert Quílez, que nos ayudó mucho.

ZdB – Se reinicia la liga y la verdad es que estáis muy bien, en la zona alta, donde hay cinco equipos muy igualados, afrontando partidos cruciales. ¿Cómo está siendo la “corta” temporada? ¿Cuántos equipos ascienden y en qué sistema? ¿Era el ascenso uno de los objetivos del equipo cuando llegaste?

PGR – Tuvimos que hacer pretemporada desde el principio, no queríamos arriesgar lesiones (tenemos equipo corto), preferíamos no llegar tan bien de forma al principio pero que llegásemos todos juntos. Las cosas están yendo bien, no nos podemos quejar, ni relajar. Estamos terceros a una victoria de los dos de arriba y los dos que nos persiguen los tenemos a una victoria, así que, como bien decís, muy igualados los cinco de arriba. Puede pasar de todo.

Cuando llegué aquí vine con la idea de hacer un proyecto a medio plazo, el objetivo de ascender es a medio plazo. No es real ese objetivo en esta primera temporada (por presupuesto), aunque eso nunca va a significar que no vayamos a soñar y trabajar para que podamos tener nuestras opciones desde la primera temporada como estamos intentando demostrar.

ZdB – El peso del equipo lo llevan los jugadores extranjeros, dos de ellos españoles. Gerard Blat, con experiencia en Oro, está jugando a muy buen nivel y Aleix Pujadas también está respondiendo. ¿Cómo les ves tú? ¿Se agradece tener a alguien cerca que hable tu idioma?

PGR – Estamos en un pueblo de 2.000 habitantes y a seis horas de Reykjavík, eso quiere decir que un 90% de los jóvenes una vez que acaban el instituto se van a estudiar a la Universidad a Reykjavík, por lo que se escapa el talento que el club está formando. Por ello es fundamental la aportación de los extranjeros, aunque tenemos varios jugadores locales que nos están ayudando con diferentes roles, algunos menos visibles en estadísticas que otros pero igual de necesarios.

El tema de traerte a jugadores que hablen tu idioma puede ser trampa, ya que si sólo hablamos nuestro idioma puede tener consecuencias que no queremos, por lo que intento hablarles en inglés bastante, aunque sí que es cierto que nos intentamos aprovechar de compartir el idioma en fases del partido o para yo aclararles alguna duda. Pero ambos se han adaptado muy bien y hablan inglés muy bien, lo cual como bases es fundamental para el equipo. Estoy muy contento con el nivel de ambos en el aspecto deportivo también. Y luego son dos grandes personas.

ZdB – Otro jugador importante y con amplia experiencia en Islandia es Gerald Robinson. ¿Podemos hablar de él como hombre clave en la zona?

PGR – Es el veterano del equipo, mucha experiencia internacional y también en Islandia, lo cual era clave para mí tener a alguien de su nivel y su experiencia en éste país: arbitraje, scouting, rivales. Sin duda ayuda mucho. Hablamos mucho, me gusta estar cerca de los jugadores y Gerald Robinson me ayuda dentro del vestuario. A nivel deportivo marca sin duda las diferencias dentro de la zona.

ZdB – Los otros dos extranjeros son el “rookie” Dallas Morgan (que sustituyó al ex Clavijo Beau Justice, lesionado) y el ex EBA Haris Genjac, que llegó hace poco. ¿Estadísticamente brillan menos, pero cómo se están encontrando?

PGR – Dallas es un rookie, con lo que eso conlleva en todos los aspectos. Se tiene que adaptar al juego algo más «europeo» que intentamos hacer, y eso requiere tiempo y de ahí vienen sus altibajos en algunos partidos. No queremos que sea el típico americano que sólo mete y tire, le intentamos ayudar a que sea capaz de hacer más cosas: lecturas de juego, toma de decisiones, responsabilidad defensiva…

Haris llegó en febrero, es un chico que nos está dando cosas desde el primer momento. Islandia es una liga física y dura y él se está adaptando y está ayudando desde el primer momento. Muy buen chico, muy entrenable. Tiene baloncesto para rato seguro.

ZdB – Otro aspecto que nos interesa es la infraestructura. Al final pasas de un equipo de LF con estructura “profesional” a un equipo en formación en el que los jugadores locales son amateurs y escasos. Imaginamos que los pensamientos de instalaciones, entrenamientos, “scouting” serían muy diferentes a los tuyos. ¿Cómo se lleva esa diferencia y ese intento de hacer progresar al club en estos aspectos?

PGR – Como bien decís, Liga Femenina «profesional», porque no es así. El cuerpo técnico no era entero profesional, por ejemplo, y no teníamos a doce jugadoras profesionales tampoco. En nuestro club los jugadores locales son amateurs, ya que estudian en el instituto (tres de ellos) o trabajan (otros tres), por lo que con los de instituto hacemos varios entrenos a las siete de la mañana antes de entrar a clase y luego con el resto entreno por la tarde. La clave para el club sin duda es profesionalizar a los jugadores locales, creo que son la clave en cualquier club del mundo y es un error a nivel global, quizás, no valorar suficiente a nivel económico (a nivel personal sin duda que se los valora) a los jugadores de casa, ya que no hay nadie que se vaya a partir la camisa ni transmitir el sentimiento por el club más que esos jugadores (el mejor ejemplo es Alberto Díaz en Unicaja).

ZdB – Probablemente por condiciones económicas y que les traten como profesionales, esta campaña ha habido un desembarco importante de españoles en Islandia. En la primera división están Aurrecoechea, Guardia y Navarro, además de Israel Martín en los banquillos. En segunda estaba Medina (con grandes números) y llegaron Clement y Rubiera, además de Mikel Ereño en los banquillos y de la colonia española de Sindri. ¿Tú cuáles crees que son las razones de este desembarco?

PGR – Creo que sin duda es la parte económica. En España llevamos muchas temporadas cometiendo el «error», desde mi punto de vista, de querer mantener una EBA sin llegar a ser profesional ofreciendo 300-400€, y una LEB Plata por 400-600€, si es que llega en algunos casos. Los jugadores vienen aquí por mejores salarios o al menos se le da un trabajo con un salario digno y al final pueden hacer lo mismo que en España y al menos pueden ir ahorrando todos los meses, se pueden permitir unas buenas vacaciones, pagarse a un entrenador en verano o lo que ellos quieran. No sé en España cuántos clubes de EBA y Plata son capaces de ofrecer a los jugadores un trabajo digno en vez de darles 300-400€. Es posible que algunos jugadores prefieran cobrar esa cantidad, no trabajar y luchar/soñar con algún día tener la oportunidad de cobrar un salario digno jugando a baloncesto, lo cual admiro. Hay que cuidar mucho a esos chicos/as.

ZdB – Islandia tampoco es un país muy numeroso y hay muchos deportes competidores. ¿Cómo logra el club que el baloncesto atraiga a los jóvenes? ¿Has implantado alguna mejora para crecer con toda la experiencia que tienes?

PGR – A nivel de cantera nuestro club sufre el estar en un pueblo pequeño, donde tienen muchos deportes para elegir los jóvenes y buenas instalaciones: fútbol, natación, gimnasia, voleibol… Hay mucha rivalidad entre deportes. Estoy en el día a día con los entrenadores de la casa, hablamos mucho, les paso clínics, nos sentamos a preparar la planificación, entrenos… Es todo un proceso a medio plazo.

ZdB – ¿Cuántas sesiones de entrenamiento hacéis a la semana? ¿Con el reajuste de calendario es difícil establecer una dinámica?

PGR – Cada semana es un mundo, ya que por el calendario al principio sí que hemos estado jugando varias semanas dos partidos, por lo que hemos ido ajustando cargas, semanas con menos entrenos donde teníamos que estar muy centrados en nosotros y menos scouting, semanas más largas donde había más tiempo para preparar más cosas de scouting. Por lo general, si tenemos sólo un partido descansamos dos días a la semana, a veces dos días seguidos o por separado, tenemos nuestras sesiones de gimnasio, vídeo casi a diario (si no es individual, es de postpartido), scouting… Intentamos hacer todo lo más profesional posible.

ZdB – El equipo pertenece a la ciudad de Höfn, uno de las zonas más importantes del sudeste de Islandia, pero es un pequeño puerto pesquero con menos de 2.000 habitantes. ¿Cómo es el cambio de vivir en una ciudad a hacerlo en una localidad tan pequeña?

PGR – Creo que es el mejor año para vivir en una ciudad así de pequeña, ya que aquí el COVID desapareció antes que en Reykjavík (la capital), por lo que hemos tenido un año muy calmado. Es un pueblo muy turístico por su puerto pesquero y una zona de paso de turistas que se recorren la parte sur de la isla. No necesito coche, voy andando a todos lados y es algo que me encanta y disfruto mucho de éstos paseos. Tenemos unas vistas al glaciar que son espectaculares.

ZdB – También hay que hablar del clima, pues pasas de ciudades de calor como Málaga, Valencia, Gran Canaria o Cáceres a Islandia. ¿Tuviste que comprar mucha ropa o guardabas bastante de tu paso por Reino Unido? ¿Cómo llevas el tema de tan pocas horas de luz?

PGR – Los entrenadores tenemos que ser un poco «camaleones» en todos los aspectos (equipos, ciudades, temperatura), así que me adapté rápido. Sí que es cierto que voy más abrigado que nadie en el equipo, se ríen un poco los jugadores a veces (voy con doble capa por todo el cuerpo). El tema de las pocas horas de luz no sé si es un falso mito o es que eso ocurre al norte. Aquí al sur donde estamos nosotros no hemos tenido tan pocas horas de sol, sí que es cierto que en diciembre amanecía a las 8:30-9:00 y atardecía sobre las 15:30-16:00, pero es que en Inglaterra era igual, así que en ese aspecto no me puedo quejar nada.

ZdB – Islandia realmente es un paraíso. ¿Algún sitio que sea visita obligada? ¿Alguno un poco fuera de los puntos habituales turísticos?

PGR – Recomiendo a todo el mundo visitar Islandia, es una pasada y las fotos no hacen justicia, es incluso más bonito e impactante en realidad. Hay que venirse unas dos semanas y recorrerse la isla entera. A mí me gustan mucho los hot tubs que son pequeñas piscinas (incluso bañeras), que están en el medio de la nada, con agua caliente natural y muchos de ellos son gratuitos y puedes estar a las doce de la noche viendo auroras dentro de uno de ellos, es una sensación estupenda. Recomendaciones, muchas: ruta de cascadas (hay muchas e inmensas), visita a alguna cueva en el glaciar, geiser (investigar por YouTube/Google), luego en el norte están las «fumarolas de gases». Es un país salvaje con muchos tipos de paisajes.

ZdB – ¿Cómo eres como entrenador y quién te ha influido más? ¿Te fijas en algún entrenador de élite?

PGR – Empezaré con la última pregunta ya que creo que de todos ellos me han influenciado y lo siguen haciendo. Empezando por Tomás Rueda. el primer gran maestro que tuve, alguien que me enseñó el amor por la enseñanza (se notaba que era y sigue siendo maestro en el colegio). En Unicaja tuve mucha suerte, tenía por donde aprender a cada lado, era un clínic a diario, en cantera teníamos a Bernardo Rodríguez, Paco Alonso, Francis Tomé, Manolo Trujillo, Leandro Ruiz, Rafa Piña… y luego tenía la suerte de por las mañanas ir a diario por los entrenos de ACB y aquí me quedo con la figura de los ayudantes, Paco Aurioles y Ángel Cañete.

Una vez fuera de Málaga, en la Canarias Basketball Academy (CBA), de Rob Orellana aprendí el sacrificio y el esfuerzo que había que demandar e intentar educar a los jugadores para que pudieran llegar arriba.

Manu Peña, tanto dentro como fuera de la pista, ha sido un ejemplo a seguir. Luego alguien que me ha marcado mucho y del que cada día aprendo es Jaume Ponsarnau, creo que nunca conoceré a alguien tan humilde a ese nivel, es una persona con un corazón tremendo, que siempre está dando a los demás, un nivel técnico/táctico brutal. Tienen mucha suerte en Valencia de tener a alguien como él (no me quiero olvidar de Juan Maroto).

Como entrenador me gusta adaptarme a lo que tengo, ya que a día de hoy aún no he podido fichar a doce jugadores de un determinado perfil e incluso así uno se tiene que adaptar un poco, creo que es complejo reconvertir a doce jugadores, al final es un acuerdo siempre entre ambas partes. Por ejemplo, me gusta apretar en defensa desde la primera línea arriba del todo, pero con plantilla corta como tenemos no es real que les pueda pedir a los chicos estar apretando a toda pista, por lo que tenemos que ajustarnos. En defensa me gusta estar activos en balón (manos/pies), cerrar espacios los jugadores sin balón, que nadie del ataque se sienta cómoda penetrando (a grandes rasgos…). A nivel ofensivo darles a los jugadores inicios de sistemas donde ellos se sientan cómodos y puedan desplegar su mejor juego; me encantaría tener varios tiradores como Carroll saliendo de bloqueos indirectos y hacer sistemas de ese estilo, pero no los tengo, por lo que hay que adaptarse e intento buscar ideas donde los chicos se sientan cómodos para que sean más exitosos y nos den mejores resultados (qué sencillo suena).

ZdB – Tienes solo 30 años, pero cuentas con mucho bagaje y tuviste muy claro siempre tu apuesta por luchar para ser entrenador. Al poco tiempo ya fuiste entrenador superior por la FEB y luego seguiste con el título de entrenador FIBA. Estamos convencidos de que no ha parado la cosa ahí. ¿A qué te dedicas ahora?

PGR – No sé en qué momento he decidido dedicarme a ser entrenador, creo que esto ha ido viniendo poco a poco, pero bueno, aún no sé qué seré de mayor. Pero sí que es cierto que me gusta estar preparado, seguir aprendiendo y no sólo con cursos, ya que creo que todos los entrenadores estaremos de acuerdo que aprendemos más viendo un entreno de otro entrenador o tomando algo post entreno/partido, en los Campus cuando nos juntamos por la noche los entrenadores (no cambio por nada esas experiencias que he tenido en la Summer League de Mallorca, también cuatro veranos que he pasado en Italia). Ahora estoy en una temporada en la que me he dado un break de cursos y estoy intentando ver mucho básquet de muchos países y niveles, intercambiar videos de entrenamientos con otros entrenadores y comentarnos. Creo que hay muchas formas para seguir formándose.

ZdB – Además de todo esto has continuado tus estudios y, si no nos equivocamos, cuando estuviste en el Reino Unido aprovechaste para sacarte una carrera (Business Management in Sports). ¿De dónde sacas el tiempo?

PGR – Pues como he dicho antes no sé qué seré de mayor y el curso pasado acabé la carrera de Business Management in Sports, que la realicé en la Open University de Inglaterra (es como la UNED de España), por eso la he podido seguir estudiando a distancia. Han sido cuatro temporadas duras, de levantarse a las seis de la mañana todos los días para poder rendir en ambos lados, pero lo he hecho con mucho gusto y este curso/temporada me lo estoy tomando tranquilo, pero pronto volveré a seguir estudiando algún Máster, otra carrera… Ya veremos, creo que nos viene bien a los entrenadores tener la mente en otra cosa más allá del baloncesto.

ZdB – Eres muy inquieto: entrenador principal, asistente, masculino, femenino… ¿Dónde te ves en el futuro?

PGR – No quiero parecer ningún filósofo, pero veo la vida como un cúmulo de experiencias y con ese lema me veo en el futuro, disfrutando de experiencias, preparándome de la mejor forma para lo que pueda venir, pero siempre disfrutando y siendo feliz.

ZdB – Muchísimas gracias por tu tiempo y por repasar con nosotros tu trayectoria, Pedro.

PGR – Gracias a vosotros por el trabajo que hacéis y, si alguien ha sido capaz de llegar hasta el final después de todo el rollo que he soltado, muchas gracias también [risas].

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