Se creó en EE.UU. y una familia alemana lo trajo a la Argentina: así nació "La gotita, pega, pega"

Su nombre es un genérico para aquellas personas que tienen que realizar tareas hogareñas. Uno se dirige al supermercado o a la ferretería del barrio y no pide ‘pegamento instantáneo'. Detrás de La Gotita se encuentra Akapol, una empresa especialista en adhesivos que opera en el país hace casi 60 años. Más allá de ser una de las más importantes en el sector también supo apelar al marketing para crecer, en particular apoyada en el famoso jingle que asegura que a su producto ‘nada, nada lo despega'.

En realidad, el verdadero origen de este súper pegamento se produjo en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. El químico Harry Wesley Coover estaba experimentando para fabricar miras telescópicas y se topó con el cianocrilato. Este componente le generó más de un dolor de cabeza debido a que se pegaba a todo y era muy difícil luego separar ambos objetos. Por eso lo dejó en stand by.

Sin embargo, en 1951 mientras trabajaba en Eastman Kodak volvió a encontrarse con esta sustancia de secado rápido. Ahí se produjo su momento eureka y decidió aprovechar la oportunidad. Trabajó para desarrollar el producto y finalmente, siete años más tarde, lanzó la primera versión del super glue bajo el nombre de Eastman 910.

Se creó en EE.UU. y una familia alemana lo trajo a la Argentina: así nació

Coover incluso llegó a participar de programas de televisión para demostrar las cualidades de su creación. Aunque muchos quedaban perplejos ante la capacidad adhesiva del pegamento, él nunca llegó a obtener un real rédito económico del mismo. Finalmente lo vendió en 1980 y falleció en 2011 a los 94 años.

La historia de La Gotita

En tanto, en 1962 la familia alemana Kühlcke fundó Akapol. Primero los hermanos Claus y Lutz iniciaron una fábrica en Villa Ballester y luego se trasladaron a Zelaya, provincia de Buenos Aires, donde actualmente funciona su planta industrial. Ahí no solo lanzaron La Gotita dentro del segmento de adhesivos instantáneos, sino que también crearon otras marcas que se volvieron genéricos dentro del segmento, como Poxipol, Voligoma y El Pulpito.

"Lo que La Gotita pega nada lo despega" cantaba el comercial que catapultó al producto a la mente de los consumidores. La mente detrás de esta pegadiza melodía era el reconocido jinglista Rodolfo Sciammarella, quien ideó también las canciones de La Virginia, Uvita y Aspirinetas, entre otros.

El mercado uruguayo no era una novedad para la firma, ya que en 2008 desembolsó u$s 5 millones para abrir una planta en Canelones a través de su empresa hermana Fenedur. Ahí, apuntaron, se fabricarían pegamentos a base de resines para exportar dentro del Mercosur.

Pero en noviembre pasado estos rumores de salida fueron desmentidos por Guillermo Merediz, titular de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Emprendedores de la Nación (Sepyme). Para ratificar esto, el funcionario visitó la planta de Akapol y desde ahí anunció el lanzamiento del plan ‘Estrategia Productiva Federal'.

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