El previsible viacrucis deportivo de Djokovic tras su batalla australiana

Puede que con su batalla australiana Novak Djokovic se haya convertido en un héroe en su país, un “Espartaco”, o un “Jesucristo”, como dice su padre, pero también es probable que no haya hecho más que pegarse un tiro en el pie.

No solo porque pone en riesgo su liderato mundial, en el caso de que ganen el Abierto de Australia Medvedev o Zverev, número dos y tres respectivamente. También porque será muy difícil mantenerlo si no juega allí en los próximos tres años, tiempo en que su entrada en Australia estará vetada según la decisión adoptada este domingo por un tribunal federal.

Pero ahí no se acaban sus problemas. También está en el aire su participación en el Masters 1000 en marzo en Indian Wells, California y Miami. Estados Unidos requiere que los visitantes extranjeros estén completamente vacunados para viajar al país. Lo mismo pasaría con el US Open, pero eso ya es en septiembre y hasta entonces pueden cambiar mucho las reglas del covid.

Antes, en mayo, empieza Roland Garros. Es la única cita casi garantizada para el serbio. La ministra de deportes de Francia, Roxana Maracineanu, confirmó esta semana que Djokovic sí podrá jugar en la tierra batida. La razón es "la burbuja de salud de estos grandes eventos deportivos” que sí permite participar a deportistas no vacunados. Pero, de nuevo, las reglas pueden cambiar, y más después de la decisión de Australia. La propia ministra afirmó que esta misma semana se van a revisar las posibles exenciones deportivas para los deportistas no vacunados.

La siguiente cita en el calendario es Wimbledon, que se celebra a finales de junio. No ha habido un pronunciamiento oficial, más que estas palabras del primer ministro Boris Johnson tras ser preguntado por el torneo: “Todo lo que yo diré es que creo en la vacunación y pienso que es una cosa maravillosa”. Es importante la postura del Gobierno, porque redactará una norma específica para Wimbledon.Actualmente, las personas no vacunadas pueden entrar a Reino Unido pero deben completar 10 días de cuarentena.

La realidad es que esta es una batalla casi exclusiva de Djokovic. Según la ATP, el 97 por ciento de los top 100 están inmunizados. De hecho, sus compañeros han dado claras muestras estos días de que no entienden muy bien la decisión del serbio, desde Nadal hasta Murray, pasando por su exentrenador Boris Becker. Quizá quien mejor lo resumió fue la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza: "Yo sí estoy vacunada y sé los requisitos que hay que cumplir, y contenta de hacerlo. No veo por qué hay que hacerlo de otra manera. Creo que tarde o temprano todos tendremos que vacunarnos, es una pelea que no tiene sentido", señaló la española en rueda de prensa en Sídney. Mayor pragmatismo imposible.

Patrocinadores

Pero más allá de lo deportivo, la impopularidad del serbio por su postura antivacunas puede tener consecuencias en sus patrocinadores, muy sensibles a la imagen de marca que proyectan. Según Forbes, el tenista recibió de ellos unos 30 millones de dólares en 2021. Van desde la deportiva japonesa Asics, pasando por la francesa Peugeot, a la firma de ropa Lacoste.

Cierto es que la decisión no es fácil: las marcas que eventualmente rompan con Djokovic también corren el riesgo de perder su reputación entre muchos consumidores que no son partidarios de vacunarse. “Es una situación complicada”, admitió Josh Schwartz, responsable de marketing de deportistas en la agencia estadounidense PIVOT, en unas declaraciones recogidas por Infobae.

En cualquier caso, el trasfondo siempre es político. La expulsión definitiva de Djokovic ha sido "por motivos de salud y de buen orden, sobre la base de que era de interés público hacerlo", de acuerdo con las palabras utilizadas por el Gobierno de Australia para cancelar el visado del serbio.

Australia, un país muy escrupuloso en la lucha contra el covid (y que gracias a eso ha logrado mantenerse a salvo buena parte de la pandemia) no podía permitir ninguna excepción, por muy número uno que Djokovic fuera. ¿Harán lo mismo Estados Unidos, Francia, Reino Unido o España?

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