Daniela Campos y su moda para cuerpos diversos | Domingo | La República

A Daniela (22) le están sacando un molde de yeso del pie izquierdo. Alguien unta la pasta blanca sobre la extremidad lánguida de la joven. La deja secar, le hace una abertura con un bisturí, la abre, se la retira. Daniela graba todo el procedimiento con el celular. Luego editará el video, le pondrá una pista chill out de fondo y lo subirá a su canal de YouTube donde aparecerá junto a otros videos en los que se le ve haciendo su rutina de belleza, diseñando su ropa, entrenando arquerismo, hablando del amor propio.

Daniela Campos es una activa centennial como cualquiera de su generación, solo que nació con una condición especial, con la espina bífi da, que es cuando la columna vertebral y la médula espinal no se forman adecuadamente. Vino al mundo con un pequeño saco de piel que le sobresalía a la altura de la espalda baja. La “bolsita de líquidos”, como la llama, contenía tejidos y nervios expuestos, por lo que tuvo que ser extirpada. La cirugía le dejó una notable cicatriz en forma de asterisco.

Su condición también le provocó la pérdida de movilidad del pie izquierdo, al que no siente y que permanece en posición flexión plantar permanente, como si estuviera listo para probarse un zapato nuevo. Por eso, cada año, el técnico ortopédico le saca a Dani un nuevo molde de yeso a partir del cual le confeccionará una nueva férula, un dispositivo hecho de polipropileno que calzará para mantener rígido el tobillo y el pie, y así poder pisar y caminar con la ayuda de un bastón.

Daniela ha tenido que usar la férula casi toda su vida y el bastón desde hace cinco años. Estos accesorios ortopédicos son para ella parte de su outfit diario, los ve como si fueran aretes o collares. Les da un uso instrumental, pero también quiere expresar su identidad mostrándolos. Por eso ha intervenido su bastón pintándolo con líneas curvas que, dice, simbolizan cicatrices o venas expuestas. Lo mismo ha hecho con su férula de la que se jacta y exhibe.

Esta capricorniana, seguidora del veganismo, es hoy una promesa del diseño de modas y tiene algunas cosas que decirle al mundo como que no es solo una muchacha con discapacidad sino mucho más: “Quiero que me reconozcan por mis diseños, que buscan promover la inclusión de los cuerpos diversos, las personas con discapacidad, la comunidad LGTBQ, y todas las minorías que merecen visibilidad y respeto”.

Daniela Campos y su moda para cuerpos diversos | Domingo | La República

Este 2021 pandémico su nombre ha salido del anonimato. Se hizo conocida en las redes sociales y la invitaron a modelar en eventos importantes de la moda como el 3D Fashion Week -una vitrina para nuevos diseñadores-, y en la primera edición de Inclusión a la moda, un desfi le organizado por Conadis. También dio una charla por el día de la persona con discapacidad bajo el lema: Yo seguiré diseñando mi futuro. Fue convocada, además, por la marca internacional de zapatillas Converse para pertenecer a su comunidad de artistas; y este viernes su marca de ropa Danic Marz presentó su nueva colección Interno en un desfile benéfico.

Fueron diez outfits. Las prendas que confeccionó hablan de su historia de vida. Usó estampados que reproducen sus radiografías y cosidos en zigzag que representan costuras médicas. El logotipo de su marca es la silueta de su cuerpo mostrando su bastón. Si Frida Kahlo, de quien Dani tiene un retrato en su habitación, pintó sobre su dolor y discapacidad, ¿porqué no usaría ella estos insumos para su arte?

El autoconocimiento

La moda ha embarcado a esta joven en un viaje de pequeños triunfos y alegrías, pero para llegar hasta aquí tuvo que transitar un largo y difícil camino de aceptación y autoconocimiento. “Los doctores me ayudaron a reconocer lo que pasaba con mi cuerpo, la terapia física, a saber cómo mantenerlo en forma y sano, y la terapia psicológica, a aceptarlo”, dice.

Dani creció sintiendo las miradas escrutadoras de los otros, y cuando llegó a la adolescencia le fue inevitable cuestionarse su físico. Vivió tapando su discapacidad por mucho tiempo, cubriendo los defectos de su cuerpo. A su férula la camuflaba bajo faldas largas. Era impensable usar bikini por la cicatriz de la parte baja de su espalda.

“Aceptarse es un proceso complicado y para ahorrarme ese trabajo, me cubría. Vivía ignorando mi situación, hasta que me dije: ¿Por qué no podía usar shorts o faldas cortas? Quiero mostrarme, a esa persona que me crucé y me miró nunca la veré más, ¿por qué tengo que ocultarme?”.

Y una vez que reconoció y aceptó su cuerpo, lo vistió. En 2017 empezó a estudiar diseño de modas e instaló un pequeño taller de costura en la casa de sus padres en el Callao, en el que experimentó con telas, texturas y colores que le permitieran expresar su identidad y, sobre todo, le dieran comodidad: “Uso prendas con elásticos, que no sean ajustadas, como siempre estoy sentándome a tomar descansos, tienen que ser de algodón y otras telas que sean cómodas”.

Este concepto de adaptar la prenda al cuerpo que lo vestirá lo aplicó también cuando le confeccionó un conjunto de piezas –vestido, blusón y top— a una cliente que adolecía de endometriosis: “Prioricé su comodidad, que las prendas sean ajustables y no le generaran ninguna incomodidad en la zona pélvica”.

Así está construyendo su marca de ropa esta joven diseñadora, haciendo inclusivos sus diseños para todo tipo de cuerpos, tengan o no una discapacidad.

Daniela admira a Viktoria Modesta, una famosa bailarina y cantante británica que tiene la pierna izquierda amputada por debajo de la rodilla, y usa prótesis que parecen piezas de arte, una incrustada de diamantes, otra en forma de estaca. “Es una mujer con discapacidad que no muestra su discapacidad como una historia de superación sino como arte. Me inspira”, dice Daniela.

Un nuevo enfoque

La joven diseñadora no quiere que su historia sea contada como un caso social: “Los medios suelen mostrar las historias de discapacidad con música triste de fondo o gente en primer plano con los ojos llorosos, cuando la discapacidad no es solo eso (…) Me gustaría que la gente que se acerca a mi historia se cuestione lo siguiente: lo hacen porque mi trabajo realmente los inspira o solo quieren compadecerse y sentirse superiores. Quiero cambiar el chip”.

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