Camila Giorgi comienza a cumplir expectativas | Puntodebreak

Tres años después, Camila Giorgi volvió el pasado fin de semana a levantar un título de la WTA. Fue en Linz, donde logró alzarse con su segundo título en su carrera, cosechando los frutos de la que ha sido la mejor temporada de su vida: mejor resultado en Grand Slam (cuartos de final en Wimbledon), título WTA y mejor ranking de su carrera (28). La italiana, uno de los perfiles más peculiares del circuito, ha conseguido crear estabilidad y madurez en su día a día. Entrs expectativas, lesiones y controversias pasadas, Giorgi parece competir más tranquila que nunca.

Siempre a la sombra de su padre Sergio, mentor y entrenador, también único formador de su tenis desde que golpeó por primera vez una pelota, todo el alrededor de Giorgi ha sido hermético, o cuanto menos heterodoxo. Nunca recibió asesoramiento externo, a pesar de sus serios problemas con el servicio, y nunca, hasta 2016, llevó patrocinador alguno ni se asoció con ninguna marca -los vestidos estaban cosidos por su madre-. Aunque su tenis desprendía una energía diferente, especialmente en hierba, su carrera no terminaba de despegar, a pesar de tener victorias de un enorme impacto -Sharapova en Indian Wells 2014-.

Siempre dentro del top-100 pero lejos del top-20, Giorgi competía en una zona templada, demasiado para esa brillante capacidad para generar velocidad en todos sus tiros, una de sus señas de identidad. En 2016 firmó con una marca para que le patrocinara la ropa en los Grand Slams, mientras, en su discurso, había una mezcla de madurez y dosis de sinceridad que no suelen encajar en un deporte en el que términos como pasión o dedicación se relacionan con el aficionado y los mejores competidores.

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"Soy mucho más madura ahora. He atravesado muchas experiencias negativas con las lesiones, tengo más partidos como bagaje y me siento más fuerte. Hace años me sentía como una niña en un mundo muy competitivo. Sé cómo juega Serena pero yo es que no veo nunca partidos de tenis. Para mí, este deporte es simplemente mi trabajo. Entreno, compito y en mi tiempo libre me alejo de todo lo relacionado con el tenis”, explicaba Giorgi horas antes de su encuentro ante Serena Williams en los cuartos de final de Wimbledon 2018.

Por el camino, muchos problemas con la Federación Italiana, con quien Giorgi se negó a colaborar y a jugar para Italia en competiciones internacionales, con sanciones, juicios y rectificaciones de por medio. Camila se negó a jugar Fed Cup en 2016, la FIT la sancionó con 30.000 euros y 9 meses de suspensión. Giorgi denunció y ganó en los tribunales. Recientemente, todo pareció calmarse. "Reconozco mi error al negarme a jugar con el equipo nacional. Deseo que este malentendido se aclare definitivamente y pueda volver a formar parte del conjunto italiano".

Es la calma lo que parece mover el presente de Giorgi, que se va a descansar -su temporada ha terminado-, con los deberes hechos mejor que nunca. "Creo que este título es muy importante para mí de cara al futuro. Me marcho de aquí muy feliz por el nivel que he mostrado en Linz. He jugado muy sólido con mi servicio en estos últimos días y creo que me merecía este título. A pesar de lo que diga el marcador, la final ante Alexandrova ha sido muy complicada y he tenido que tirar de mi mejor tenis para poder salir victoriosa. Estoy en un momento positivo de mi vida, no solo en la pista sino también fuera de ella. He trabajado mucho y ese trabajo se está plasmando. Me siento mucho más tranquila en la pista, incluso cuando encadeno errores, y eso antes no me pasaba".

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